Tuesday, July 24, 2001

(Re-Publish) Huasteca Potosina

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Viernes 20 de julio 2001, luna nueva: Un grupo de 12 individuos salen de la ciudad de Aguascalientes por la carretera México 70 hacia Ciudad Valles. El grupo estaba formado por gente de diversas etnias, costumbres, gustos y edades. Por un lado, como representantes de Zacatecas teníamos a los 3 Omares; desde Morelia el jalisquillo moreliano (Edgar) y las tres Karlas ; del hermoso puerto de Tampiiico Nora; de Termohidrometrópolis Ana; desde la cosmopolita ciudad europea de Coatza Víctor; y por último de la bonita ciudad capital, México Distrito Federal, Laura y su servidor. Y así pues, nos embarcamos en la aventura de manejar 433 kms previstos para ser recorridos en alrededor de 6 hrs.

Por fin llegamos a Ciudad Valles y poco más tarde al Hotel San Fernando. Del hotel y aquella noche no hay mucho que comentar. Quizás tal vez sólo la cena que en lo particular disfruté bastante, pues después de tantas horas de camino no sé si las entomatadas y la cecina estaban así de buenas o cualquier piedra me hubiera sabido tan rica. Después de la cena, ¡a dormir!

Sábado 21 de julio 2001: Nos habría de recoger el guía a las 10 en el hotel, pero después de algunos retrasos salimos como a las 11. Nos dirigimos hacia el sur para llegar a Xilitla y visitar el castillo de Edward James. Según nos dijeron ese millonario inglés era hijo ilegítimo de Eduardo VII rey de Inglaterra. El excéntrico millonario, recomendado por su amigo (¿"íntimo"?) Plutarco, decidió comprarse unas tierritas en la huasteca, construirse ahí su casa y llenar su propiedad de muchos animales que ahí soltaba.

Está todo construido entre la selva con escaleras, columnas, arcos, anillos y demás decoraciones sin un verdadero sentido práctico. Se supone que el cuate pensaba el hombre se debe adaptar a la naturaleza y no al revés. Por eso se ven tantas estructuras en medio de nada, tantas áreas abiertas y tan pocos salones techados.

Conocimos el Castillo y nadamos en las pozas donde Edward se paseaba desnudo rodeado de exuberante flora y fauna.


Después de la visita, fuimos al pueblo de Xilitla en donde comimos unas enchiladas Huastecas y un refresco que incluían nuestro recorrido. Vimos por afuera un antiquísimo convento y nos regresamos de nuevo hacia Ciudad Valles. A mitad del recorrido nos detuvimos en el pueblo de Aquismón donde nos esperaba nuestro vehículo para llegar al Sótano de las Golondrinas. Subimos en un camión de redilas y después de como una hora de camino alcanzamos la cima de la montaña.

El sótano es un tremendo agujero de 60 mts de diámetro y 530 mts de profundidad. Lo bonito del lugar además del paisaje en sí, es el ver llegar o salir a los pájaros que ahí hacen su nido. A nosotros nos tocó ver su llegada y realmente es impresionante. En primera, acercarte a la orilla para ver el fondo es ya una experiencia. Te acercas arrastrándote entre las piedras, te asomas y no ves nada más que negro.





Luego, de repente empiezas a ver nubes de pájaros que llegan y después de que dan unas cuantas vueltas se dejan caer en el abismo perdiéndose en la obscuridad. Estos pájaros, llamados vencejos, son de color negro así que una vez que se clavan no se percibe nada más que el zumbido de los mismos. También llegan periquitos y aunque su llegada es en un número mucho menor, es muy bonito el contraste entre su plumaje verde brillante y la negrura del precipicio. Además los periquitos bajan con mucho más estilo, volando en forma de espiral. En fin, me pareció un lugar increíble.

Regresamos a Aquismón, cantamos en el camino para el deleite del conductor, la guía y los demás tripulantes del camión, tomamos los coches y regresamos a Ciudad Valles. Se acabó el día, pero algunos todavía queríamos salir a conocer un poco de la vida nocturna de la ciudad, así que nos fuimos de fiesta. Terminamos en el Habana Café y después de romper un vaso, bailar y escuchar la improvisación de dos miembros del grupo (las primas Vega) acompañadas por su conquista de aquella noche, mejor nos regresamos a dormir.

Antes de aquel bar habíamos ido al "Salón Rojo de las Delicias del Mar" en dónde detalle curioso fue escuchar canciones como "El Número 11" y "Peor es Nada " interpretadas por la famosa banda de Luis Monroy. Por si no lo sabían, uno de los percusionistas de dicha agrupación acaba de cumplir 106 años y se destaca por la maestría con que combina los ritmos tropicales con un tremendo estilo que parece revolucionará la escena del rock 'n roll potosino. Incluso algunos críticos han dado un nuevo nombre a este ritmo y ya comienza a hacerse sonar el término Parkin Son para designar este nuevo género.

Domingo 22 de julio 2001: Cosa inaudita, estuvimos listos a tiempo, bueno casi, pero de nada sirvió pues los supuestos guías no llegaron a las 7 que habían quedado y ya casi veíamos el día perdido. Dieron las 9:30 y ya habíamos telefoneado e incluso buscado en la oficina a las personas éstas, pero nada. Finalmente, nos rescataron otros guías ofreciéndonos un paseo por la cascada Micos y un rapel en Mina Vieja.



Cascada Micos es una serie de cascadas de poca altura y lo que allí hicimos fue subir por un costado del río hasta el último escalón y de allí ir bajando con el río. Así es, ¡te avientas en la cascada!

El río es poco profundo y a la orilla de cada cascada te puedes parar en medio de la caída de agua y lanzarte. Para los que sufrimos de experiencias como esta en la que sientes el estómago se te sube hasta las amígdalas, no es muy recomendable, sobre todo el primer salto. En el primer brinco, al sentir el vértigo de la caída jalas aire mueves los brazos y de repente cuando llegas al agua, ése estar jalando aire te llena la panza de agua y ése mover los brazos te deja un buen golpe en el área de contacto con el agua (menos mal no abrí las piernas). Ya para los demás saltos agarras la onda que debes de soplar aire por la nariz y no debes mover los brazos de tus costados para evitar la parte gacha de esta experiencia.

Cascada Micos es impresionante, tanto por el lugar, como por la experiencia de tirate en la cascada. Tal vez un punto malo serían los nacos que incluía nuestro paquete, puesto que a la orilla de la última cascada se encuentra uno con el día de campo del chorro de nativos contaminadores.
Terminamos ahí y nos fuimos para hacer rappel en Mina Vieja. El lugar está más adelante de Micos y también para llegar ahí se necesita tomar un poco de terracería, pero no está tan feo y los coches pudieron subir casi hasta el lugar. La cascada está muy padre y el hacer rappel ahí, para muchos de nosotros fue lo mejor del viaje (yo no me puedo decidir sobre qué fue lo que más me gustó ya que cada lugar tiene lo suyo de especial).

Llegamos a la cima de la cascada, nos explicaron los básicos de cómo debíamos bajar, la seguridad y todo lo demás. Finalmente, empezamos el descenso, sólo que como eramos 12 principiantes la bajada tomó su tiempo y terminamos pasadas las 7 de la noche. La espera y el retraso bien valieron la pena de estar colgado como a 50 metros del agua y de bajar con el agua cayendo a tu lado e incluso cayéndote en la cara. La cascada es mucho más alta que las de Micos, pero no hay tantas caídas ni tan anchas como allá. Una gran ventaja del lugar es que está prácticamente virgen y casi pudimos disfrutar del lugar para nosotros solos.

Terminamos el rappel, llegamos al coche y regresamos a Aguascalientes. En el camino casi se nos queda un coche sin gasolina y nos agarró la noche todo el camino (de hecho para evitar quedarnos jetones y no arriesgar nada, mejor nos detuvimos para descansar 3 horas en un hotelucho de San Luis), pero nada importó pues el día y en sí todo el viaje estuvieron realmente padres. Para terminar, tres adjetivos de entre muchos que pudieran calificar el viaje:

Bueno para la salud si no se cuenta el riesgo de dejar embarrado en una piedra una parte de ti o tragar medio litro de agua por las narices (cosa que de hecho es casi inevitable), pero del modo que lo hicimos no pasa de pequeños raspones y buches de agua fría. El ejercicio y la respirada de aire puro sí cuentan como cosas buenas para la salud.
Bonito pues conocimos lugares realmente impresionantes que me sacaron de la rutina y me hicieron sentir (me reservo a describir cómo porque no está nada fácil describirlo y no hay más que vivirlo).
Barato pues por alrededor de $1000 pagué tres noches de hotel, los paseos, las comidas y la cooperacha para la gasolina del coche de Edgar.

Nota
Les agradezco a mis compañeros de viaje por aguantarme durante todo el recorrido y por haber compartido esto tan padre conmigo. Aquí sus nombres y foto (izquierda a derecha y arriba a abajo):

   
  • Brenda Domínguez
  • Víctor Velázquez
  • Alejandro Vázquez
  • Osiris Vázquez
  • Omar Vázquez
  • Ana Martínez
  • Nora Robles
  • Edgar Hernández
  • Belinda Domínguez
  • Laura Zavala
  • Karla Domínguez