Sunday, August 12, 2001

(Re-Publish) Real de Catorce

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Juan "Quiriquí" es un niño de 13 años que vive en este curioso pueblo entre montañas. Nació en Real de 14 y al igual que sus papás y abuelos de seguro vivirá ahí toda su vida. Hoy lunes tendrá su primer día de clases en la secundaria y con con él asistirán otros cuarenta niños que hace dos meses terminaron juntos la primaria. Le pregunté de su casa, de sus papás, de su amigo Carlos y cuando Juan me platicó de su escuela, la situación se prestaba a que le preguntara qué querría ser cuando creciera, pero no me atreví. No hubiera sabido qué comentar o responderle. A ver si después de lo que sigue me hago entender.

Para llegar a Real de 14 primero se pasa por Matehuala que está a mitad de camino entre la ciudad de San Luis Potosí y Saltillo. De ahí se toma una desviación a Cedral y poco después empieza un camino empedrado como de 20km. El camino está aceptablemente bueno, pero el empedrado puede dilatarte un rato en llegar y de seguro terminarás con una buena temblorina. Sin embargo, el paisaje lo vale y finalmente cuando llegas al famoso túnel de entrada se te olvida el dolor de cabeza.

Sé que el Túnel Ogarria no es la única forma de llegar a Real de 14, pero sí sé que es la más viable. A menos que se quiera subir y bajar el cerro a pie, caballo o mula. O también siempre se puede uno colar en un vagón de alguno de los trenes de carga todavía llegan a la estación del Real y luego caminar (pues la estación en realidad no está nada cerca del pueblo). De entre las opciones preferí llegar en coche, después de esperar el turno de los que entran, pues es de saberse que por el túnel sólo pueden pasar coches en un sentido y la verdad es de alabar a los conductores de autobús logran meter sus vehículos por tan estrecho agujero.

En fin, el pasar por el túnel es como dejar detrás el mundo común y corriente, al que estamos acostumbrados y entrar en otro diferente. No sé dónde ni cuándo quedó perdido en la historia Real de 14, pero eso no impresiona. Lo impresionante es ver a su gente no darse cuenta que su pueblo está casi muerto y ver cómo le arrancan vida de no sé dónde. ¡Eso es lo bonito del lugar! Si se buscan ruinas o instalaciones vacacionales a todo lujo, la mayoría de los turistas sólo se llevarán la impresión de un pueblo que huele a caca de caballo.

No sé de la historia de Real de 14 y lo que escribo se limita a lo que vi, lo que oí y lo poquito que había leído antes de mi visita. Aún sigo sin saber mucho de qué es lo que allí pasó, pero después de platicar con la señora me vendió mi saco, pensé que si no hay nada tan malo que no se pueda poner peor, tampoco lo hay tan malo que pudiera nunca haber estado peor. Así, me hizo pensar la señora que abusando de mi frío me vendió un saco de lana en $400. Lo que no pagué y me gustó más fue la plática me regaló la veterana vendedora.


Platiqué con ella cerca de una hora en lo que dejaba de llover y según me contó, ahora Real está muy cambiado. Antes no había luz, ni agua, ni camino empedrado hasta el túnel. Antes para llegar a Matehuala se hacían dos días de camino. ¡Antes era más tranquilo! Y se lo creo, no hay más que ver la cara de los niños que al llegar me llevaron al "hotel". Parecía haber sido la primera vez que esos niños se subían a un coche. Haberlos visto discutir quiénes se subían y quiénes me llevaban. Haberles visto la sonrisa mientras manejaba por las callecitas. Quizás estoy exagerando, pero es un hecho que no ocurre con frecuencia el que esos niños se suban a un coche.

Una de las tres hermanas de Juan "Quiriquí" trabaja en el Mesón de la Abundancia. Este Hotel Restaurante ocupa el lugar de lo que antes era la Tesorería de Real de 14, así como el edificio de enfrente antes era la casa de moneda y ahora me dicen que es la prepa del pueblo. Podría recomendar el Restaurante como un lugar agradable para tomarse una cerveza y de hecho, así lo hice la noche que llegué, pero por lo que comento del lugar es por lo que allí percibí a la mañana siguiente.

Resulta que se me antojó tomar un jugo de naranja antes de hacer mi visita al pueblo fantasma (las ruinas de lo que fue otro pueblo como 2km arriba en la montaña). Entro al Mesón de la Abundancia, las mesas están llenas y le pido a una señorita me traiga un jugo. Me ofrece asiento en un salón a parte, pero al oírla un cocinero interviene y me invita a tomármelo con ellos en la cocina. Conocí a Rocío, Reyna y Hugo (éste último fue quien me invitó). Me acogieron con gran hospitalidad y me preguntaban y me vacilaban y finalmente ni me quisieron cobrar el jugo. A lo que voy es que cuando me iba decidí tomar la foto del recuerdo. Tomé la foto y cuando se las enseñé en la pantalla de la cámara noté en ellos parte del asombro que había notado en los niños llevé en mi coche el día anterior.

Pero eso fue muy poco asombro en comparación a cuando visité el panteón y conocí a Theodor, un chavo como de mi edad. De hecho él me tomó la foto. No platiqué mucho con él y aunque me resultó muy callado, se mostró muy amable al repetir la toma hasta tres veces. La primera vez no salió el flash, a la segunda me estaba yo cayendo con los cactus del lugar y finalmente la tercera salió bien. Lo curioso de Theodor es que nació en 1900 y murió a los 22 años (quizás por eso no me platicaba nada).

Palabras más, palabras menos, así es Real de 14. Pareciese tan lejos de mi mundo y sin embargo, pudiera ser que Juan "Quiriquí" no sea tan distinto a mí. Quizá el también quiera ser ingeniero. Debí haberle preguntado.