Sunday, April 28, 2002

(Re-Publish) Eastern Europe

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Se terminaron las vacaciones de Semana Santa, regresé a clases y me esperaba la entrega del "MAXI project". Pasé diez días comiendo chatarra, sin nada en el refrigerador, ni latas de reserva en la alacena. Estuvo tenso el asunto, como cualquier época de exámenes finales, pero afortunadamente ya hace un par de días que se entregó el proyecto. Estos días han estado tranquilos, o más bien me los he tomado tranquilos, pues en realidad no estoy del todo aliviado de trabajo. Por el contrario, a penas va empezar lo bueno ya que sólo quedan 3 ó 4 semanas para comenzar exámenes finales y luego arrancarme con la tesis. Como en esta ocasión no debiera dedicar  mucho tiempo a la página, sólo escribiré un poco y pegaré algunos fragmentos de correos donde platico cómo estuvo mi viaje. Empezaré pues por listar el recorrido:

Martes 26 de Marzo Sheffield-Londres-Praga
Miércoles 27 de Marzo Praga
Jueves 28 de Marzo Praga-Litomerice-Praga
Viernes 29 de Marzo Praga-Breclav-Kuty-Viena
Sábado 30 de Marzo Viena
Domingo 31 de Marzo Viena-Budapest
Lunes 1 de Abril Budapest-Esztergom-Szentendre-Budapest
Martes 2 de Abril Budapest
Miércoles 3 de Abril Budapest
Jueves 4 de Abril Belgrado
Viernes 5 de Abril Zagreb
Sábado 6 de Abril Split-Dubrovnik
Domingo 7 de Abril Dubrovnik
Lunes 8 de Abril Dubrovnik-Split
Martes 9 de Abril Ancona-Boloña-Florencia
Miércoles 10 de Abril Florencia
Jueves 11 de Abril Florencia-Venecia
Viernes 12 de Abril Venecia
Sábado 13 de Abril Brno-Praga
Domingo 14 de Abril Praga
Lunes 15 de Abril Praga-Londres-Sheffield

 
Fecha: 03/04/02
A: Papá
"Pues sí empezamos el viaje por Praga, donde estuvimos un par de días. Luego, fuimos a un pueblillo al norte (Litomerice) y al campo de concentración donde tú fuiste, pero Mamá, Cris no te acompañamos (Terezin). Acabamos la República Checa y tomamos el tren a Hungría, pero como cruzábamos por Eslovaquia y no teníamos visa, nos sacaron del tren, nos metieron al bote (unos 15 minutos) y nos deportaron de regreso a un pueblucho al sur de la Rep Checa.

No era una cárcel, cárcel. Mas bien parecía oficina, pero éramos los únicos en ese cuarto y las ventanas tenían barrotes. Así que tuvimos que viajar a Viena donde pasamos un par de días para después seguirnos a Hungría.

Ahora estamos en Budapest, pero también ya fuimos a un par de pueblitos no muy lejos de aquí. Budapest vale mucho la pena y ya hoy por la noche nos iremos a Belgrado donde no creo pasar mucho tiempo. La idea era ir a Polonia, pero como no podemos pasar por Eslovaquia ni tampoco por Ucrania (por falta de visa), nos tendremos que ir a Yugoslavia, Croacia y de ahí quizás un ferry a Italia para subir de nuevo a Austria y regresar a Praga de donde volamos de nuevo a Londres."



Después de Praga, que por cierto sigue siendo una de las ciudades que más me gustan, viajamos a Budapest pasando por Viena.

Hace tres años que visité Praga por primera vez, regresé con la impresión de que ahí vivían las mujeres más guapas del mundo, pero estaba equivocado pues en realidad viven en Hungría. En general la mayoría de las chavas son muy bien parecidas, pero nos encontramos con varias güeras de piel bronceada me parecieron especialmente atractivas.

Antes de seguir, hay que decir que en cuanto a eso de las estancias, para ninguno de los lugares que visitamos teníamos algo reservado. El resultado fue dormir 4 noches en tren, una noche en ferry, 3 noches en hotel 3 estrellas, otra noche en un campamento en el que casi morimos de hipotermia, 3 noches en hostal y el resto en experiencias casi religiosas. Resulta que estas otras noches, nos quedamos en casas de personas que llegan a la estación de tren y te ofrecen quedarte en algún cuarto de su departamento. Lo hicimos así en Praga, Dubrovnik y Florencia. Resulta más barato, pero se tiene uno que echar el volado de ver cómo te toca el lugar. En Praga nos tocó muy bien, pero la primera noche en Dubrovnik fuimos a caer en casa de una neurótica-horrorosa vieja que se enfureció cuando insistentemente le pedí agua caliente para bañarme después de 4 días que no lo había hecho. La segunda noche en Dubrovnik la pasamos en casa de la familia Gugic (un tipo de familia Adams croata) y en Florencia caímos en una especie de comuna hippie. Más adelante platico.

El chiste es que tan pronto llegamos a Budapest, fuimos encandilados por las primera guapura húngara que nos ofrecía un lugar dónde quedarnos. Después de ayudarnos con un problemilla de los boletos del tren, nos ofreció una tarifa de descuento en un hotel 3 estrellas en el mero centro de Budapest. Engatuzados por nuestra primera representante de belleza magyar tomamos un papel con la dirección del hotel, el nombre y la firma de la radiante agente turístico.

Del problema este de los boletos que nos ayudó a resolver la mocetona al servirnos de intérprete, ahí les va. Como ya dije, nos habían bajado del tren en Kuty al tratar de pasar por Eslovaquia y así llegamos hasta Viena. Luego de Viena intentamos usar el mismo boleto de tren para viajar a Budapest pues nos habían dicho que sólo habría que pagar la diferencia de kilómetros Praga-Viena-Budapest en comparación al trayecto Praga-Budapest que habíamos pagado originalmente. Pero resultó que nuestro boleto y los argumentos en inglés, español, francés y mímica no fueron suficientes y tuvimos que pagar un nuevo boleto cuando la mona que revisaba los boletos nos decía que nuestro boleto no era bueno.


En fin, pagamos el boleto, llegamos a Budapest y ocurrió lo que mencionaba: una turba de personas que te ofrecen hospedaje. Nos convenció una de estas personas y así seguimos a una señora a que nos mostrara su departamento. Tomamos el metro, caminamos, llegamos al lugar y aunque estaba bonito, se nos tuvo que romper el corazón al decirle que mejor no aceptábamos su oferta pues el hotel estaba mejor localizado y al fin y al cabo costaría casi lo mismo. Así que regresamos al hotel (las tres únicas noches de hotel en todo el viaje) ofertado por la chava del tren. Después tomamos el tren nocturno a Belgrado y de ahí otro tren nocturno a Zagreb.

 
 

Fecha: 04/04/02
A: Jessica
"We spent last night sleeping (sort of) in the train Budapest-Belgrade for around 7 hours. It wasn't comfortable at all and when I finally managed to fall asleep some guy came into the cabin asking for the passports. He saw them, said something in Serbian, and finally with signs asked someone of us to get down the train with him. I got down, Luis stayed with our stuff and I started to think about visiting prison for the second time in my life.

It was around 3 in the morning and the weather was really cold. The policeman, the train conductors and the passengers that I met (except for a nice lady that helped us) didn't speak English. We got into the station, the guy got behind the counter and after checking some list, he exclaimed "Mexico!" and gave me back our passports. We were on the list!"


 
Fecha: 07/04/02
A: Papá
"Pues Croacia ha resultado una muy agradable sorpresa. Zagreb esté bien, pero Split y Dubrovnik me encantaron. Ahora cruzaremos a Italia. Ya contaré luego como nos fue.


Lo que vimos de Croacia en comparación a Belgrado es un mundo de diferencia. Belgrado está sucio, feo y aún con algunos edificios llenos de agujeritos y agujerotes. En Croacia, no encontramos nada de eso. También debo decir que en general en ambos lugares la gente en la calle nos trató bien y de las pocas conversaciones que entablamos, serbios y croatas me parecieron personas sencillas y cordiales. En cuanto a eso de las conversaciones que tuvimos, en ambos países fue cosa común que al decir éramos mexicanos nos relacionaran de inmediato con las populares telenovelas mexicanas con que los pueblos eslavos siguen sufriendo bombardeados (aunque en este caso se trate de un bombardeo psicológico). Me apenó el no poder responder los interrogatorios respecto a "Esmeralda" y no poder opinar con respecto al último trabajo de Thalia. En general, con quienes platicamos no quisieron comentar mucho con respecto a Milosevic, la guerra y los problemas de hace 5 años, pero se mostraron siempre muy interesados por las telenovelas. Incluso en Dubrovnik nos llevamos las palmas de nuestra anfitriona cuando su marido nos introdujo como mexicanos: "Ahhhh! Esmeralda!" (frase de bienvenida a pronunciar con ojos radiantes de emoción y aplausos). La señora Vesna Gugic, ferviente admiradora de la farándula mexicana, nos recibió en su casa la segunda noche que pasamos en Dubrovnik.


We arrived to Dubrovnik on Saturday and as soon as we got down the bus, we were assaulted by a crazy woman that offered us a place in her house. She was very insistent and we even had to be rude to make her understand that we first wanted to sit down, look for advice in the Lonely Planet Bible, and then make a decision. We did so and even though she had stopped shouting, she followed us to the bench and sat right beside us. We were discussing our possibilities in Spanish and even I suppose she couldn’t understand a word, she could always find something to say and interrupt us. I didn’t like the woman since the first moment and I guess it was an error to stay at her place, but we did stay for a night.

We got to her apartment, paid 50 kunas (around 4 pounds) in advance and took a nap. We were really tired after sleeping on trains for 3 nights in a row and our plan was to take a rest, get a shower and then go to have dinner and look for a pub. I slept for around 2 hours and when I woke up Luis had already taken a shower and was getting ready to go out. So I went to the bathroom and realized after 5 minutes of letting run cold water that it wouldn’t get warm at all. I complained with the witch and she said not to worry cause a friend of her would come and fix the problem. Since it was already late, my hygiene had to wait one more day and we left to have dinner.

We had dinner in Tony Pizzas and it definitely was the best meal we had in the whole trip. I had pasta with fruta di mare and Luis had Spaghetti Bolognese. Simply delicious and amazingly cheap! After that, we went to a couple of pubs, had some Croatian beer and a free shot of tequila (just for being a couple of nice, pleasant Mexicans!). Finally we went back to sleep at 4.

The next morning, for a second time I tried to take a shower, but as before, no hot water was coming out of the shower. Once again I went to see the witch and her response was that I couldn’t take one because we said we’d only stay at her place for a night and it was already time for us to leave. After a refined discussion, embellished by both parts with Croatian and Mexican bad words, finally she’d turn on the heater and I’d take a bath after 4 days of sweating the same clothes.

So we had to find some other place for our second night in Dubrovnik and that’s how we got to the Gugic’s place. We met Ivo in the bus station where we had met the witch the day before. He lives 2 minutes away from the city centre contrary to the first apartment we stayed that was around 30 minutes away. It is a small place on a second floor, and as soon as we got in, we were introduced to the rest of the family and were offered a cup of Lipo tea.

Ivo told us about the previous owner of the apartment, he showed us a picture of him (the portrait hanging on the wall on my right in one of the photos above) and took out a metal plaque with his name. It seemed as he really loved and respected the old doctor, but when we asked if he was a relative or a friend, he said he never met the guy. His picture is only part of the decoration. It can’t be seen from the picture, but they also have as part of the decoration a one meter high Serbian bomb used as a vase with flowers. He told us a soldier friend gave it to him 5 years ago when the city was bombed.  Very nice people, but a bit "different".

Salimos de Dubrovnik de vuelta a Split de donde tomamos el ferry a Italia. Como nos dolió el codo pagar un camarote, dormimos en los asientos normales y ya que apagaron las luces, de plano nos acostamos en el pasillo. Llegamos a Ancona y casi de inmediato pudimos tomar un tren a Florencia deteniéndonos en Boloña para almorzar una deliciosa lasagna con salsa boloñesa. El dueño del restaurante resultó un italiano muy amable que al saber éramos mexicanos trajo tres copas a la mesa y se echó un tequila con nosotros (¡el segundo shot de tequila gratis del viaje!). Muy rica pasta, muy buen vino y con tan agradable refrigerio, ya ni ganas de seguirle a ningún lado, pero hubo que vencer la pesadez de la bebida, visitar un poco de Boloña y seguir a Florencia.

En Florencia pedimos un mapa de la ciudad y nos dirigimos al hostal más cercano junto con un gringo que se nos anexó por el resto del martes y también el miércoles. Llegamos al hostal y antes de entrar al edificio una chavita nos ofreció hospedaje en un departamento de por ahí cerca. Le dijimos primero entraríamos a ver el hostal y así fue, pero el lugar estaba lleno. Caminamos media cuadra para preguntar en otro par de hostales, pero como también estaban llenos, nos fuimos con Patricia.

El departamento resultó ser un área común con 5 sofas, un cuarto con una cama matrimonial y un par de catres individuales. Había también otro cuarto y un segundo piso que no conocí, además de una cocina y un baño. Se veía feo, cochino y apestoso desde el principio, pero había que esperar pasar la primera noche para darse cuenta de la horrible experiencia por completo. Horrible porque la falta de cortinas dejaba al esplendoroso sol de las 6 de la mañana llegar a tu cara para darte los buenos días. Horrible porque los pinches japos llegarían a las tantas de la madrugada a tocar el timbre hasta que el babas de mí se parase a abrirles la puerta. Horrible porque el tan lindo perro que había estado jugando conmigo unas horas atrás de seguro había dejado sus pulgas en el sillón que tanta comezón me provocó esa noche. Pero nos gustó tanto la comuna hippie que decidimos repetir el lugar y pasar ahí nuestra segunda noche (en realidad fue que no teníamos muchos ánimos de buscar otro lugar y de verdad no creíamos encontrar algo tan céntrico y barato y ruidoso y piojoso y maloliente).

Ya sólo faltaría platicar de cómo casi nos congelamos en el campamento en Venecia, de cuándo nos multaron en el metro de regreso a Praga y de cómo no nos alcanzó la lana para pagarle al taxista que nos llevó al aeropuerto. Pero ahí le dejamos, pues no nos alcanza ya el tiempo pa' seguirle, yo escribiendo y ustedes leyendo.


PD1
Gracias a Luis por la paciencia, compañía, ayuda y demás, durante esas tres semanas.

PD2
Gracias a mis patrocinadores (papás, CONACYT e indirectamente todos ustedes contribuyentes que con sus impuestos se construye el México del mañana).