La última vez que escribí algo para esta página fue a mi llegada a estas tierras. Me estaba acoplando al lugar y relataba mis primeras impresiones. Desde entonces han pasado casi tres meses y me siento más habituado a mi vida por acá. El inglés inglés se vuelve poco a poco más comprensible y los nudos en mi lengua se van cada vez haciendo menos evidentes. He conocido más y más gente, reacomodé mi cuarto, me compré una guitarra y unas bocinas para la computadora. Soy un asiduo concurrente a las clases y fiestas de ritmos latinos que organiza la Sociedad de Salsa y Merengue de la Unión de Estudiantes. Me he convertido en un excelente cocinero de comidas enlatadas, congelados y take-aways. Lavo mi ropa, la seco y la guardo (todavía no me he visto en la necesidad de plancharla y creo que todo sigue aguantando así unas cuantas puestas más). Casi todos los jueves frecuento el Fuzz Club, donde he visto grupos en vivo de Ska, Indie y Rock. Hago mis compras de supermercado cada semana. Y además de todo lo que he dicho y lo que se me pudiera estar olvidando, incluso me da tiempo de ir a clase, hacer mis tareas y estudiar.
En pocas palabras me la he pasado muy bien y se puede decir que he disfrutado bastante la primera parte de mi experiencia por acá. Seguramente el siguiente semestre será mucho más duro y quizás no tendré tiempo de seguirla pasando tan bien como hasta ahora, pero lo bailado nadie me lo quita. Así que pongo algunas fotos con sus respectivos comentarios a manera de resumen de lo que he visto y de lo que he andado haciendo en este tiempo:
Hablando de tradiciones navideñas, el par de mexicanos de acá arriba platicábamos de lo que es una posada y por supuesto una piñata. Entonces se le ocurrió a la ocurrentísima Nina que para su fiesta de Navidad nos tocaba a los mexicanos hacer una piñata. ¡Claro! ¡Por supuesto! ¡Excelente idea! Pero cuando vimos que iba en serio, no me iba a zafar tan fácilmente, pues ya había dicho que sabía hacerlas y ahora querían una "pihniate" (así es como se dice piñata en inglés, me imagino).
Desempolvé entonces mis conocimientos de escuela primaria, compré lo necesario, hice un engrudo al segundo intento (el primero se me quemó) y tomé mi papel de artesano piñatero. Invertí más de 5 horas de trabajo y al final me sentí orgulloso de mi bebe. Muchos dirían que mi "pihniate" no llegaba ni a los talones de las originales mexicanas, pero les aseguro que el resultado de mi esfuerzo es la piñata más hermosa que yo y mis amigos europeos jamás hayamos visto. | |
Llegó el momento de romper la piñata y nos vieron como bichos raros a los mexicanos que traían estas ideas de ponerse una cinta en los ojos, dar vueltas y con un palo intentar romper el "pihniate", pero accedieron a intentarlo y hasta algunos terminaron cantando: "Dali, Dali, Dali... (serie de balbuceos inentendibles)... mino". Finalmente rompieron el "pihniate", pero no fue fácil hacerles entender que las mandarinas, dulces y chocolates estaban buenos, eran de regalo y tenían que acercarse a recogerlos. | |
El día de mi cumpleaños hicimos una pequeña reunioncilla en la casa. Estuvimos los 8 inquilinos, las novias de dos de ellos, Nina, Helen, Barbara, Helke y demás. Bailamos, platicamos y nos tomamos el tequila que traje cargando desde México. En la foto y Rob, Luis, Olu y Yoni y aquí, una liga a un collage de fotos que en su mayoría tomamos ese día. | |
Todos los días, en mi camino a clases, paso por enfrente de Firth Court. Me parece son las oficinas principales, aunque bien a bien, no sé de qué son pues sólo he entrado un par de veces. Una para registrarme y otra para una recepción que dio el rector a los estudiantes extranjeros de posgrado. La foto la tomé en otoño cuando la enredadera y el árbol aún tenían hojas. |